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Una vez más tenemos que decir… "lastima". Y es que una vez más no se pudo, en este caso frente a Memphis y lejos del Toyota Center. El ataque de los nuestros se ha visto mermado muy crudamente desde que terminásemos la primera semana de competición con dos victorias, con contundentes anotaciones y con un James Harden espectacular de un modo soberbio.
Pero todo se ha disuelto con un azucarillo en el agua.
En Memphis, 20 pérdidas de balón, permitiendo 27 puntos fruto de esas pérdidas, con un inoperante movimiento de la pelota en ataque y un peor balance defensa-ataque, se vio completado por un juego interior de los Grizzlies que hicieron y deshicieron a su antojo, con 48 puntos en la pintura.
Todo ello llevó a los Rockets a ver como la ventaja de siete puntos lograda en el primer cuarto se fue perdiendo poco a poco, hasta llegar al término del tercer periodo con un punto abajo. Finalmente los de casa lograron ampliar la ventaja final hasta los ocho puntos de ventaja con los que Memphis se impuso en el quinto partido de la temporada.
A pesar de todo, los nuestros liderados por Jeremy Lin, consiguieron poner emoción hasta el final en el juego, poniendo el marcador en un muy apretado 85-87 a tan solo dos minutos del final. Pero no fue suficiente en un partido magistral de Zach Randolph, que logró capturar 14 rebores y anotar 15 puntos, muy secundado por Rudy Gay que anotó 21 puntos y logró capturar 7 rebotes. Junto a Gay, otros tres jugadores de los Grizzlies tuvieron dobles dígitos, incluido el base reserva Jerryd Bayless, que llegó a los 12 tantos, siendo el sexto hombre del equipo.
En cuanto a los nuestros destacar la actuación de Chandler Parsons que emergió en el encuentro, reivindicando la figura de líder, aportando 19 puntos, incluidos 15 en la segunda parte. Una figura de líder que era necesaria que alguien la reclamase después de ver como James Harden se estaba desinflando a pesar de anotar 18 puntos, ya que su porcentaje de tiro se quedó en un horrible 22 por ciento de acierto, tras fallar 14 de 18 tiros de campo, incluidos 5 de 6 intentos de triples.
Los números de Lin, que propició emoción en el encuentro hasta el final, terminó el partido con 15 puntos y capturando cinco rebotes, repartiendo tres asistencias y protagonizando cuatro de las veinte pérdidas de balón que tuvimos en el encuentro.
Sin embargo, quien tuvo una actuación reinvindicativa, después su dolencia ofensiva en sus últimos encuentros fue, Omer Asik, que no sólo le ganó el duelo individual a Gasol, sino que además aportó un doble-doble de 10 puntos (4-6, 0-0, 2-2), estuvo perfecto los cuatro primeros tiros a canasta, capturó 13 rebotes y puso dos tapones. Aunque su mancha del partido fue que perdió cinco veces el balón, poniendo de este modo su granito de arena para que los Rockets no lograsen cortar la racha maldita de derrotas que padecemos.
El escolta-alero argentino Carlos Delfino jugó 27 minutos como reserva y aportó ocho puntos (3-9, 2-7, 0-0), capturó cuatro rebotes, repartió dos asistencias, recuperó un balón y puso un tapón.
Ahora ya solo que mirar hacia el futuro y pensar en el partido que en apenas 24 horas se disputa en casa, frente a los Pistons. Esperemos que frente a ellos se reviva la mejor imagen de Harden en esta temporada y la reconciliación de los nuestros con la victoria, la que sería primera victoria en casa de esta campaña.
Pero para eso hay que evitar que se vuelva a repetir lo visto en Memphis, en donde una de las grandes bazas del equipo (su velocidad) no hizo acto de presencia, provocando que su transición no lograse ni un punto hasta los últimos cuatro minutos del encuentro, mientras que nuestros rivales nos habían masacrado con 21 puntos en este aspecto.
¿Podremos volver a disfrutar de los Rockets de este año de nuevo en el reencuentro con los Pistons (los mismos frente a los cuales nuestras ilusiones de un buen año nacieron)?
Hasta muy pronto desde España.