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La victoria fue muy importante para los Rockets de cara a la moral y al balance mostrado hasta el momento (sobre todo por las tres derrotas consecutivas que habíamos padecido). Pero a pesar de que se vio una mejoría en el juego de Houston, me dio la impresión de que llegó más de la mano de que los Pistons no son el equipo más poderoso del Este que digamos. La manifiesta superioridad de los Rockets, se reflejó a lo largo de todo el partido, en el que dominamos de cabo a rabo, sin que unos inoperantes Pistons pudieran hacer prácticamente nada, a pesar de que en algún tramo del encuentro reaccionaron y no permitieron que la superioridad de los Rockets se reflejase en el marcador en forma de masacre.
Como sucediera en las dos primeras victorias de los Rockets en la temporada, Houston pudo sentenciar el encuentro bastante temprano ante los Pistons, logrando una jugosa ventaja en el marcador (16 puntos) mediados el segundo cuarto. Pero no fue así como ocurriese en el primer encuentro frente a Detroit y frente a Atlanta. Les perdonamos la vida y estos supieron mantenerse en el partido hasta bien entrado el tercer periodo, donde ahí si que los Rockets pusieron la puntilla a un partido sin historia.
James Harden logró 20 puntos, y aunque no llegó a asomarse a los 40 puntos que lograse en la primera semana de competición, logró mejorar su acierto en el tiro (6 de 14). Un porcentaje que se vio mermado algo más por los lanzamientos de tres (2 de 6), que por fallos en los lanzamientos de dos puntos. Desde la línea de tiros libres estuvo casi inmaculado con un 6 de 7, que le ayudó a llegar a la veintena de puntos, liderando de este modo a los Rockets, una vez más en esta temporada.
Pero si Harden fundamental en juego mostrado frente a Detroit (como no podía ser de otro modo), fue Omer Asik el jugador más destacado del partido en mi opinión. Parece que las críticas recibidas por su falta de aportación ofensiva han surgido efecto y ahora no solo se ha mostrado efectivo a la hora de afrontar la defensa de los Rockets, sino que es más activo en lo que al ataque de Houston se refiere.
En esta ocasión fueron 14 puntos su aportación al ataque de los de casa, logrando además ocho puntos y cuatro recuperaciones de balón. Sin embargo, y a pesar de ver como ejecutada de una manera productiva su reverso cerca del aro, hay todavía algunos puntos “negros” dentro de su juego que chirrían un poco en la ofensiva de los Rockets. Cuatro fueron sus pérdidas de balón y sus manos no se mostraron del todo firmes en algunas jugadas que deberían de haber terminado con el balón besando la red de la canasta.
Pero claro, si Omer Asik funcionase de un modo mas aniquilador del que lo hace, los Rockets estarían jugando el campeonato con claras opciones a grandes cosas y es por ello que Asik y los Rockets necesitan de algo más de poder debajo del aro rival, para crecer como conjunto. Eso y no perder tantos balones, que no todos fueron por causa de Asik, ni mucho menos. Fueron 14 pérdidas de balón las que tuvimos y aunque fueron seis menos de las que hubo en Memphis, todavía me resultan un número alta de pérdidas, sobre todo teniendo en cuenta que han sido en un partido frente a un rival inferior que perdió 16 balones.
No se pueden perder opciones de contraataque perdiendo el balón, al tiempo que se ha de ser más decidido a la hora de atacar el aro en las transiciones (el contragolpe de Harden y Aldrich en el segundo cuarto, con el pivot debajo del aro solo y perdiendo el balón es un claro ejemplo), como tampoco se puede circular el balón por medio de la zona, propiciando transiciones fáciles al rival.
Pero me imagino que todo es cuestión de tiempo y de lograr crear la química necesaria para poder llegar a mostrar el auténtico nivel de este equipo, que promete darnos una buena temporada si no se cae en el desánimo y una mala racha prolongada nos aboca a un juego individualista por encima de un juego de equipo basado en una buena circulación de balón y transiciones rápidas de defensa a ataque.
Jeremy Lin dirigió el juego de los Rockets al repartir ocho asistencias, anotó siete puntos, capturando cuatro rebotes y sin ninguna pérdida de balón, lo cual es algo muy positivo en nuestro juego, ya que este aspecto se está volviendo fundamental para nuestras aspiraciones a victoria cada día.
Otros jugadores que destacaron fueron el ala-pívot Marcus Morris que aportó 12 puntos, ocho rebotes y dos recuperaciones de balón, y el base Toney Douglas llegó a los 11 tantos, ambos como reservas.
Unos reservas que pudieron presumir de que anotaron todos, anotando entre todos 45 puntos, con los cinco puntos de Delfino (23 minutos, con 2 de 7 tiros de campo, incluido un triple en cuatro intentos y capturando tres rebotes, una asistencia y una recuperación un balón), lo cinco puntos de Jones y Cook, los tres puntos de Motiejunas y los dos de Smith y Aldrich (que se dejó alguna canasta por el camino).
El triunfo tuvo también un valor emotivo dado que el equipo jugó sin el entrenador Kevin McHale, que viajó de urgencia a Minnesota, donde tiene la familia por asunto personal, del que el equipo no se saben detalles, pero el gerente general de los Rockets, Daryl Morey, dijo que lo apoyaban en todo, con comunicado de los Rockets que rezaba del siguiente modo:
"Nuestras oraciones y pensamiento están con Kevin McHale, auténtico hombre de familia, que ahora pasa por un momento difícil", comentó Morey antes del partido. "Tiene permiso para permanecer fuera del equipo todo el tiempo que necesite, lo primera es siempre para nosotros la familia".
Fue por ello que el entrenador asistente Kelvin Sampson se encargó de dirigir al equipo de forma interina y alabó la actitud y el comportamiento de los jugadores. Se terminó cumpliendo la máxima de que a entrenador nuevo, victoria segura. Y encima, en este caso no hemos tenido que hacer recambio de técnico para lograr romper la racha negativa en este entrenador “nuevo”.
Esperemos que frente a los Heat, Harden y compañía logren mostrar su mejor cara y logren una victoria que comience una racha positiva de resultados y juegos que encumbre nuestras aspiraciones en esta temporada a cotas más nobles que simplemente no tener un balance negativo de victorias y derrotas cuando acabe el curso baloncestístico 2012-2013.
Hasta muy pronto desde España.