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Personalmente creía que el tema de la ansiedad que padece Royce White se terminaría resolviendo a la larga y que el discurrir en la NBA entre el ala-pivot y los Rockets sería triunfal… O al menos eso deseábamos toda la fanaticada de Houston. Y aunque todavía sea posible ese final feliz, lo cierto es que día a día de hoy, no parece que se vaya a dar tan plácido final de la historia.
Cualquiera diría que White se ha declarado en rebeldía y que se niega a jugar a los Rockets, por no estar satisfechos por el trato recibido por su equipo, más que de verdad no pueda incorporarse a los compromisos con el equipo, por problemas físicos que le impidan manifiestamente participar en las sesiones de tiro o en los partidos.
Esa "rebeldía" parece estar fundamentada en el disgusto que el ala-pivot tiene por la falta de minutos y de oportunidades para demostrar su valía en la cancha, que desde el principio de temporada ha tenido White.
Desde las oficinas de los Rockets, muy acertadamente desde mi punto de vista, se le ha respondido que por un lado, hay otros jugadores que se han ganado antes que él, el derecho a vestir la camiseta de nuestro equipo y a disfrutar de minutos en la NBA, y que por otro lado, no ven que por parte de White haya habido intención de apoyarse en las posibles soluciones que el club le está poniendo encima de la mesa.
Esto último viene, porque los Rockets habían llegado a un acuerdo con White, para que el Doctor Aaron Fink (del Baylor College de Medicina) tratase el problema de ansiedad que nuestro jugador padece. Sin embargo todavía no ha acudido a ninguna sesión con el doctor Fink, por lo que los Rockets siguen aumentando su frustración ante la situación creada desde que no se presentara en las primeras sesiones de entrenamiento de comienzos de pretemporada.
White argumenta que no sabía que estas sesiones con el doctor Fink fuesen un requisito en el acuerdo que el club y él alcanzaron para tratar de solucionar el problema, pero que si conocía que el señor Fink, White podía hallar un recurso más para resolver su problema.
Entre tanto, lo que si es cierto es que hasta la fecha todavía no ha debutado con el equipo en la NBA y que desde el partido frente a Memphis se encuentra en esa especie de rebeldía, que le ha llevado a no asistir ni a las sesiones de entrenamiento del pasado domingo, ni tampoco al partido el lunes frente a Miami, que era en casa, lo cual me parece un auténtico despropósito, al estilo de venganza, más que por el hecho de tener un problema médico que te impida estar con tus compañeros apoyándoles (saltándose también los entrenos del martes).
Surgen en la red noticias del cruce de acusaciones que empiezan por poner a White con la crítica en la boca sobre si lo Rockets usan la excusa de su ansiedad para impedirle jugar (como si fuese un motivo de alegría y alivio para entidad tejana). Si esos comentarios (surgidos del entorno del jugador, con el valor que siempre han tenido los comentarios que surgen del entorno de cualquier jugador), fuesen ciertos, seguro que en el futuro se arrepentiría de ellos.
A nadie le cabe a la cabeza de que los Rockets estén usando la excusa de la ansiedad de White para impedirle disfrutar de minutos en la NBA. ¿Quién se iba a alegrar de ver como una primera ronda del draft peligra de la forma en que está peligrando la carrera de Royce?
Ahora queda en segundo plano la decisión de los Rockets de enviarle al equipo de la Liga de Desarrollo, junto con Scott Machado y Donatas Motiejunas. Ahora todo el mundo mira con recelo su futuro y las sensaciones de confianza que transmite.
Según un comunicado, dado a conocer por relaciones públicas, conocemos sus pensamientos al respecto: "Como 'rookie', quiero asentarme en el equipo y progresar, pero, desde que empezó la pretemporada, los Rockets han sido inconsistentes con su acuerdo de ayudarme con mi salud y no han sido capaces establecer una relación sólida y exitosa". Negando también que hubiese desertado de los Rockets.
Por su parte, el general manager de Houston, Daryl Morey, emitió otro comunicado en el que aseguró que Royce White no está disponible "de momento". "Estamos convencidos de su éxito a largo plazo y seguiremos apoyándolo ahora y en el futuro", concluyó a ESPN.com
¿Cómo acabará este culebrón? Nadie lo sabe. Todavía hay opciones de que se resuelva satisfactoriamente por ambas partes, pero cada día que pasa con la cuerda tensa del modo en el que está ahora, lo más probable es pensar que el traspaso de White que le conduzca lejos de Houston, será el final más probable de esta historia. Aunque nunca se sabe.
Hasta muy pronto desde España.