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Los Knicks tienen una balance de 8-2 y los Rockets de 5-7, el escenario del duelo el Toyota Center y ya han pasado más de 18 años de aquel primer anillo que conquistamos en la NBA. Muchas cosas ya no son lo que eran el década de los 90, pero jugar frente a New York o frente a Orlando, siempre trae recuerdos agradables.
Es lógico que a nuestra mente acudan recuerdos de grandeza e ilusión cuando vemos este enfrentamiento, estén como estén los equipos. Pero es que este año es especial, ya que es el primer partido en el que Linsanity se volverá a ver las caras con sus antiguos compañeros de vestuario.
Salió de la Gran Manzana con vitola de estrella y en Houston todavía no ha destapado el tarro de sus esencias, al menos del todo. Todavía se espera mucho, muchísimo más de nuestro base, respecto a lo visto de él en estos primeros compases de la temporada, pero si puede haber un punto de inflexión para Lin en esta temporada, este partido tiene que serlo.
Motivación es algo que no le faltará en el choque, ya que todavía queda en el ambiente la pregunta de que hubiese sido de él y los Knicks, si sus caminos no se hubieran separado. Y también queda en el ambiente si su relación con Carmelo Anthony hubiese dado buenos frutos en el vestuario de los de la Gran Manzana o por el contrario hubiese desencadenado en un malestar que les hubiese impedido llevar la temporada que hasta el momento llevan con un balance del 80 por ciento de victorias.
No se la relación real entre Lin y Anthony, si es buena o no, pero atendiendo a un artículo de Tim Keown en ESPN Magazine, Carmelo quería ser la única estrella en el vestuario de los Knicks, lo que no ayudó demasiado al hecho de que los dirigentes del equipo de New York desechasen la idea de igualar la oferta realizada por los Rockets, para hacerse con los servicios de Lin, en el pasado verano.
Keown relató la historia de un jugador que quería ser la única estrella en Nueva York, y que no le hizo ninguna gracia cuando Linsanity deslumbró al mundo. Keown señala que cuando Anthony regresó a las canchas después de su lesión y el fenómeno Linsanity estaba en pleno apogeo, Carmelo se negó a jugar con el nuevo diseño ofensivo de D'Antoni, que ahora lideraba Jeremy Lin.
Anthony quería volver a centro de las jugadas ofensivas de los Kincks, pero el resto del equipo no tenía ningún problema con que Lin fuese el nuevo foco de atención. Fue entonces cuando Carmelo empezó a esforzarse menos en los entrenamientos, ganó peso, y los problemas dentro y fuera de la cancha aumentaron la tensión en un equipo que ya estaba siendo muy cuestionado por la afición y por la prensa. El mal ambiente dentro del equipo terminó de hacerse público con el famoso tiempo muerto pedido por D'Antoni en el cual Carmelo se queda en la cancha y no se une al resto del equipo en el banquillo. La consiguiente derrota frente a los Bulls dispara todas las críticas en los medios de comunicación, que califican la actitud de Carmelo como una jugada suya para echar a D'Antoni.
Será o no cierto, pero de ese famoso reportaje se desprende todo esto. Y sin duda el reencuentro de ambos en la pista centrará miradas por doquier en el Toyota Center. Pero sobre todas las cosas, las miradas se posarán en Lin, de cara a observar que realmente logre ese partido que le vuelva a encumbrar como el jugador que se le presupone que es, y que todavía se anhela ver en Houston.
Pero sobre Lin no estarán todos los ojos. Sobre James Harden también habrá una gran atención y expectación, ya que es otra oportunidad para demostrar su valía como gran estrella de la NBA, ahora frente a un equipazo de los mejores de la Conferencia Este.
Una nueva ocasión de reivindicarse como lo hizo en los dos primeros encuentros de la temporada y en donde despuntó como una superestrella. Un superestrellato que reivindicaba desde que estaba en Oklahoma City y que no ha terminado de lucir, después de tan espectacular despeje.
Tal vez ese espectacular despeje a eclipsado en exceso el resto de actuaciones que han sido determinantes para que Houston pudiese optar a la victoria en cada encuentro. Habrá que ver como se desenvuelve en casa, en una oportunidad más de demostrarle al mundo su potencial.
Más allá del presente, echo una mirada al pasado y recuerdo el más mágico enfrentamiento entre Rockets y Nnicks. El de aquella final mágica de 1994 y aquella fabulosa temporada en donde Hakeem Olajuwon nos guió a la tierra prometida.
En aquella temporada solo un equipo logró un balance mejor que el de 58 victorias que obtuvieron los Rockets. Sin embargo los 63 triunfos que los Sonics de Seattle lograron de poco les sirvió al caer en primera ronda de playoffs frente al octavo del Oeste (Denver) en una de las mayores sorpresas que jamás se han visto en la historia de la NBA. De este modo los Rockets lograban tener la ventaja de campo hasta el final de los playoffs.
En primera ronda, los Trail Blazers de Drexler no pudieron parar a los Rockets de Olajuwon en el que sería el último enfrentamiento de postemporada que ambos amigos tendrían, antes de la mágica llegada a Houston de Drexler en lo que sería el canje más importante de los Rockets de todos los tiempos y que nos bindaría un anillo más. Pero antes de todo eso llegó el primero de todos, llegando a vencer 3-1 a Portland, 4-3 a Phoenix en las Semifinales de Conferencia y 4-1 a Utah en la Final de Conferencia.
Ya en las finales de la NBA frente a los Knicks, Olajuwon sentenció la final secando a Ewing que no pudo hacer nada frente a nuestro todopoderoso center, que además protagononizó una de las mejores jugadas de todos los tiempos para nuestro equipo, cuando con dos puntos arriba en el sexto partido de las finales, taponó sobre la bocina un intento de tres de John Starks que de haber entrado le hubiese dado el anillo a los Knicks.
Esa mágica jugada, junto con su actuiación frente a Ewing le empezó a encumbrar entre los más grandes de todos los tiempos. Y es que la comparación que se puede comprobar entre ambos centers a lo largo de las finales son más que contundentes, además de dejar claro quien fue el merecedor de aquel MVP de las finales.
Finales NBA 1994 |
Gm 1 |
Gm 2 |
Gm 3 |
Gm 4 |
Gm 5 |
Gm 6 |
Gm 7 |
Medias Totales |
H.Olajuwon |
28 ptos |
25 ptos |
21 ptos |
32 ptos |
27 ptos |
30 ptos |
25 ptos |
26.9 Ptos-50.0% Lanzamientos-9.1Rebotes-3.6Asistencias-3.9 Tap |
P. Ewing |
23 ptos |
16 ptos |
18 ptos |
15 ptos |
25 ptos |
19 ptos |
17 ptos |
18.9 Ptos-36.4% Lanzamientos - 12.4Rebotes-1.7Asistencias-4.3 Tap |
Además de lograr ese merecido MVP, Olajuwon también lograría el MVP de la temporada regular, al promediar en los 80 partidos que disputó una media de 27.3 puntos, 11.9 rebotes, 3.6 asistencias y 3.7 tapones por encuentro, además de un porcentaje de acierto en tiros de campo de .528 y de .716 de tiros libres, en un total de 41 minutos jugados por partido en aquella temporada.
Recuerdos que deseamos enormemente que regresen al nuestro futuro más cercano. Eso ya se verá, pero por lo menos ahora lucharemos por vencer a los Knicks de esta temporada y lograr de este modo que se equilibre un poco nuestro balance, para seguir optando de lograr llegar a lo más alto del Oeste en este 2012-2013.
Hasta muy pronto desde España.