Impresionante una vez más el despliegue ofensivo de los Rockets, que en este caso lograron anotar hasta 124 puntos, repartidos entre todos los participantes del juego, de manera casi amistosa, sin poder destacar a casi nadie por encima del resto, en lo que a su cuenta anotadora se refiere.
Los Rockets siguen teniendo en su defensa el verdadero talón de Aquiles de este jovencísimo equipo, que una vez más ve como el rival de adentra dentro del centenar de puntos, de manera muy peligrosa para nuestras aspiraciones de victoria.
Pero en esta ocasión la moneda cayó de nuestro lado y Houston logró en los últimos instantes de partido resolver un juego que estaba más que igualado hasta esos últimos compases del mismo. Un juego que bien pudo romperse de un lado u otro, mucho antes de los últimos minutos del partido, pero que por caprichos del destino, tanto Rockets como Jazz se empeñaron en darle emoción hasta el final.
El primero que pudo resolver el choque fueron los visitantes en el primer cuarto, cuando los Rockets se mostraron excesivamente erráticos en ataque, acumulando un gran número de pérdidas de balón en contragolpes y en ataque estático. Nos mostramos muy imprecisos y no resolvimos los ataques de una manera sencilla. Nos complicamos la vida y los Jazz tuvieron la primera ventaja significativa del partido, marchándose de 9 puntos. Pero Houston reaccionó en la segunda mitad del primer cuarto, y al ponerse las pilas logró igualar la contienda, dejando nada ese primer conato de escapada de uno de los rivales que se veían las caras en el Toyota Center.
Pero más significativo fue el estirón que los Rockets dieron en el segundo cuarto, logrando una ventaja que, ahora sí, invitaba a pensar que el partido se podría romper en ese punto, de un modo favorable a los nuestros. Sin embargo no fue así, ya que los Jazz no estaban dispuestos a ceder terreno tan fácilmente y si bien el ritmo anotador de los Rockers se mantuvo elevado, la defensa no estuvo fina dejando todo el terreno ganado en el tercer cuarto (donde Utah lograría anotar 37 puntos).
Pero pudimos devolverles la moneda en el último cuarto, concretamente en la segunda mitad de este último periodo, donde pudimos ver como Jeremy Lin y James Harden en ataque y Omer Asik en defensa (con un espectacular gorro en los últimos momentos del partido), tomaron las riendas del encuentro. El parcial final de 30-39 de este periodo dejó bien a las claras que lo de Oklahoma City había quedado atrás y que se volvía a estar en la puja por un puesto en los playoffs de esta próxima primavera.
A destacar la presencia de Chandler Parsons y de Carlos Delfino en la pista, contribuyendo ambos al gran partido de los Rockets. Los 19 puntos de Parsons, con un balance de 7 de 12 en tiros de campo (3 de 5 en tiros de 3 puntos), despejó dudas acerca del estado en el que regresaría después de su dolencia en el hombro. Más tiempo había estado Delfino fuera de las canchas y su regreso se empezaba a desear cada vez con más fuerzas. Sus 13 puntos (con 3 de 5 en triples) fueron vitales para unos Rockets que notaron mucho su presencia en el segundo cuarto, mejorando mucho las prestaciones de los locales, contribuyendo a un mejor movimiento de la pelota en ataque.
Pero si ellos destacaron, tampoco se quedaron atrás ninguno de los restantes componentes del quinteto titular, con Patrick Patterson a la cabeza, que una vez más fue el líder en anotación del equipo, con 20 puntos (además de aportar 7 rebotes). Patterson se va confirmando cada vez más como un bastión ofensivo en el que confiar, a pesar de que su porcentaje de acierto en tiros de campo no estuviese tan fino como el de Parsons (finalizó el encuentro con 8 de 17 en tiros de campo, 2 de 5 en tiros de 3 puntos).
Jeremy Lin fue otro que volvió a dejar muy buenas sensaciones una vez más. Su recuperación respecto al comienzo de la temporada es signifitiva. Su porcentaje mejoró bastante, terminando con un 8 de 14 en tiros de campo, que le permitió llegar a los 19 puntos, además de contribuir al ataque de los Rockets con 8 asistencias. Lo mejor que se pudo ver de él fueron unas penetraciones muy bien ejecutadas (al menos mucho mejor que las penetraciones a canasta, un tanto alocadas a las que nos tenía acostumbrados en el inicio de campeonato).
James Harden estuvo más bien modesto al perder en cinco ocasiones el balón y no anotar más que 18 puntos (aunque teniendo en cuenta que 7 jugadores de Houston alcanzaron los dobles dígitos de anotación, puede comprenderse un poco mejor esta estadística). Lanzó 16 veces a canasta anotando 7, mientras que 7 fueron las asistencias que logró conectar con sus compañeros.
Omer Asik siguió en su línea reboteadora y con 12 rebotes (3 ofensivos y 9 defensivos) logró que el equipo lograse alcanzar los 38 rebotes en el partido (lo cual hace que descienda un poco la media del equipo, que estaba situada en 45 antes del inicio de este partido). Sus 14 puntos y su 5 de 5 en tiros de campo y su 4 de 5 en tiros libres fueron algo sensacional, en un partido en el que recibió un golpe en la cara, que le mandó momentáneamente al vestuario y que en un principio dejó la sensación de que podría haberle puesto fuera de combate para el resto del partido. Por cierto que una vez logró un doble-doble, y fue el único de los Rockets que lo logró.
Greg Smith, con 16 minutos en pista también logró superar los dobles dígitos de anotación (13 puntos), mientras que Toney Douglas se quedó a una canasta de lograrlo (8 puntos). Marcus Morris fue el único que se hundió en el aspecto anotador, no logrando ningún punto en los más de 10 minutos que estuvo en pista (0 de 2 en tiros de campo y 0 de 2 en tiros libres).
Así pues los Rockets lograron una nueva victoria, en un partido en el que la circulación del balón brilló nuevamente, posibilitando la elevada anotación en el partido y la amplia distribución de puntos entre los nuestros.
A destacar el 55.4% acierto en tiros de campo, con un 50% de acierto en triples (11 de 22), que ayudaron a lograr sumar 124 puntos y la victoria de Houston frente a los de Utah. Solo las 16 pérdidas de balón y la elevada anotación del rival fueron los puntos negros más significativos del lado local, en un partido y en una victoria muy vistosa para el espectador.
Ahora a esperar a los Lakers el martes. Justo ellos están un puesto por encima de nosotros. Así que… ¡A GANAR!
Hasta muy pronto desde España.