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Houston sigue con su racha triunfal en Minnesota.

Los Rockets logran vencer a los Timberwolves (87-84), alargando la racha triunfal de este mes de diciembre, trasladando una sensacional imagen de equipo y con un estelar James Harden que cada día que pasa, se consolida más como uno de los jugadores superestrella de la NBA.

Greg Smith-USA TODAY Sports

Que Houston no anotase más de 100 puntos es novedad, cuestión que le confería a Minnesota una oportunidad única de lograr cortar las buenas andanzas de los Rockets en los últimos partidos, pero no fue así.

Y no lo fue, principalmente gracias a un increíble James Harden que salió de nuevo al rescate de los suyos y con 30 puntos (11 de 22 en tiros de campo -2 de 5 en triples- y 6 de 6 en tiros libres), que le dieron a los nuestros una victoria que nos sitúa en un idílico balance de 16-12, que pocos podíamos presumir al principio de la temporada, cuando muchos analistas conferían a Houston, no más de 30 victorias en este curso baloncestístico. Pero es que el factor Harden a revolucionado el panorama en Texas y su reivindicación como jugador superestrella de la liga, está repercutiendo positivamente en el buen hacer de los Rockets esta temporada, que se benefician una y otra vez de sus actuaciones.

Él tira del carro si o sí, partido a partido, estén el resto de compañeros a un nivel óptimo de acierto en ataque o no lo estén. Nuestra barba siempre sale al rescate de Houston y se enfunda el traje de héroe de los Rockets, buscando al mismo tiempo que los Rockets lleguen lo más lejos posible y que su imagen de gran jugador crezca día a día. De momento ambos objetivos van de la mano y con el viento a favor.

A los 30 puntos logrados frente a los Wolves, hay que sumar 6 rebotes y 3 asistencias, que no le permiten al doble-doble, una vez más. Pero a quien le importa, cuando su casillero de puntos llega a la treintena… una vez. Su objetivo es ese y lo logra en buena parte de los partidos que diputa de rojo y blanco. Más aun cuando de esos 30 puntos, anota los cuatro puntos decisivos en los últimos 44 segundos del tiempo reglamentario (a falta de 39 y 11 segundos para el final) y suyos son 15 de los 17 últimos puntos de Houston, dando la victoria final a los Rockets y extendiendo la racha triunfal a cinco victorias consecutivas y siete victorias en ocho partidos.

En esta ocasión el resto de compañeros no se vieron en la situación de acierto ofensivos de jornadas anteriores, quedándose los Rockets muy lejos de los 120 puntos anotados por los nuestros en Chicago, pero la labor defensiva (algo que se echaba de menos en los Houston hasta hace pocos partidos), primó sobre la labor ofensiva y le permitió mantener a racha a los locales.

Omer Asik fue un buen ejemplo de lo comentado, ya que tan solo logró 9 puntos (4 de 6 en tiros de campo), pero logró capturar 17 rebotes, dominando en los aros del Target Center en este partido, ganando el duelo particular que mantuvo con Kevin Love y Nikola Pekovic, que se combinaron con 19 rebotes y nueve puntos.

Quienes si estuvieron algo más acertados en el aspecto ofensivo, fueron Chandler Parsons, que consiguió 12 puntos, además de 6 rebotes y 5 asistencias, y Carlos Delfino se convirtió en el mejor sexto hombre de los Rockets, al aportar 11 tantos y ser uno de los tres jugadores de los Rockets que tuvieron dobles dígitos de anotación, en los 35 minutos en los que anotó 4 de 13 tiros de campo, incluidos 3 de 11 triples, capturando 5 rebotes, y repartir 4 asistencias.

Jeremy Lin bajó en su rendimiento de acierto a canasta y con un balance de 3 de 9 en tiros de campo (0 de 2 en triples), tan solo pudo aportar 8 puntos al equipo, que vio como el partido se resolvía, después de mucho tiempo, de uno modo emocionante, en los últimos instante del partido.

El base puertorriqueño José Juan Barea, perdió un balón decisivo a falta de 35 segundos para concluir el partido cuando el marcador señalaba el parcial de 84-85 favorable a los Rockets. Una perdida de balón que nos dio la oportunidad para conseguir la canasta decisiva por mediación de (cómo no) Harden, a lo que se unió una fabulosa defensa en el ataque final de los Timberwolves (en busca de un triple salvador que forzase la prórroga).

Un final emocionante que ya no recordábamos lo fans de los Rockets en los últimos partidos, ya que tras el inicio de la racha triunfal, hace ya ocho partidos (interrumpida tan solo con el partido en Toronto), los marcadores favorables a Houston siempre habían sido abultados y sin dejar demasiado lugar a la taquicardia. Pero no está de más volver a conocer la sensación de la incertidumbre hasta el final, para de paso poder desenvolverse bien en estos momentos de tensión final, cuando las circunstancias así lo exijan.

Así pues, un partido menos para el final del año y una victoria más que nos acerca al nivel que todos los fans de los Rockets queremos para nuestro equipo. Poco a poco se van poniendo los cimientos de un equipo ganador que deje atrás unas temporadas, en la que incluso los playoffs nos fueron vetados.

Hasta muy pronto desde España.

@BerkutMartin

ROCKETS MAGICOS (Página de Facebook para TDS en Español)

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